lunes, 8 de septiembre de 2008

Bajos astrales

Los practicantes de la magia negra utilizan el llamado “bajo astral” para dominar y hacer daño. El bajo astral es una zona intangible, de otro plano de existencia (otra dimensión), donde se mueven seres negros, entes también llamados ‘bajos astrales’ y que, al ser invocados, traen siempre dolor, malestar y sensaciones y sentimientos no deseados.
Pero también sucede que muchas veces, somos nosotros mismos quienes llamamos o atraemos, aunque sea sin darnos cuenta, a los seres oscuros del bajo astral. Les permitimos acercarse a nuestro plano material, contactar con nuestro mundo, a través de nuestros pensamientos de odio, envidia, venganza o malestar, y que dirigimos hacia quien creemos que nos ha lastimado, o sentimos que nos molesta. Los seres negros se pegan a las paredes de las casas y a nosotros mismos, por lo que es difícil desprenderse de ellos. Y por esa misma razón, los lectores deberían tener esto bien en cuenta, antes de permitirse o fomentar pensamientos negativos hacia alguien. Siempre es mejor llenarse de luz, vibrando en positivo y enviando esas ‘buenas vibraciones’ a los demás, ya que las ‘malas vibras’ siempre aportan negatividad.
Así es: los sentimientos negativos como los miedos, la envidia, la ira, la depresión, etcétera, son los generadores de esa energía nociva, oscura y negativa que muchas veces se deposita en los hogares produciendo extraños fenómenos o ruidos, que comúnmente son confundidos con espíritus o almas de personas fallecidas. Esta negatividad, como ya indicamos antes, mayormente transita en lo que se llama “bajo astral”, que es la zona del plano astral más densa y más cercana al plano terrenal. Dentro del astral hay diferentes niveles y, para entender un poco más este concepto de ‘mundo o plano astral’, nos ayudará el saber que, simultáneamente a este mundo en el que vivimos y al que llamamos tridimensional, existen otras dimensiones paralelas, que no las podemos ver ni percibir porque se encuentran en una “frecuencia vibratoria” distinta a la nuestra, y que no ocupan el volumen ni el espacio tal como lo conocemos. Una de estas dimensiones paralelas, la de mayor densidad y la más ‘baja’ o cercana a nosotros, es la que alberga a estas entidades negativas y se denomina ‘bajo astral’.
Cuando hablamos de ‘bajos astrales’ o ’seres negros’, estamos haciendo referencia a entidades espirituales de muy baja vibración energética que, debido a diversos motivos y a pesar de estar ya desencarnados, “conviven” a nuestro lado sin nosotros notarlo, precisamente porque hay pocos seres humanos que tengan la capacidad de verlos y percibirlos. Y en no pocas ocasiones, uno de estos ‘bajos astrales’ se ‘enquista’ a la espalda de una persona y comienza a tratar de perjudicarla a través de sus vicios y debilidades, ya sean éstas de índole adictivo (drogas, alcohol, tabaco, sexo) o afectivas (celos, envidia, desconfianza)… A esta acción del ‘bajo astral’ se la llama también ‘contagio’ y es una de las formas conocidas de posesión.
Por tanto, quien tiene alguna de estas debilidades o vicios, el ‘bajo astral’ se las aumenta hasta límites elevados, hasta el punto en que a esas personas contagiadas les comienza a resultar imposible la convivencia con su entorno, ya sea laboral o familiar. Pero también puede ocurrir que ese ‘contagio’ ocurra en personas que estén libres de las antes citadas debilidades. En estos casos, y a causa de las malas energías que emiten dichas entidades, una situación de vida que hasta ese momento era normal, comienza a tener inconvenientes y complicaciones que la persona afectada no sabe con certeza de dónde provienen. Debemos entonces protegernos (si es necesario recurriendo a la ayuda de un parapsicólogo o de un experto en estas temáticas) de estas agresiones que, pese a ser invisibles e imperceptibles, en muchos casos pueden cambiar peligrosamente la vida de muchísimas personas.
Obsesiones e impregnaciones
La obsesión espiritual es otra de las formas de posesión que se conocen, y es algo más intensa -y por ende también más dañina y perjudicial- que la denominada ‘contagio’ o ‘enquistamiento’. Se produce cuando un ‘bajo astral’ se ‘pega’ a una persona con fines altamente negativos, y ésta pasa a ser y estar inmediatamente “obsesada” por estas negativas entidades espirituales. En estos casos, suelen producirse fuertes dolores de cabeza, contracturas y hasta dolores de espalda y/o cervicales; y puede ocurrir también que surjan pensamientos destructivos que lleven a un individuo a un comportamiento extraño y agresivo, contra los demás o contra sí mismo, y sin ningún motivo aparente. Cuando esto ocurre, debe realizarse un proceso de “desobsesión” y quien lo lleve a cabo debe conocer bien el trato a dar al “obsesor”, es decir, al bajo astral o ente oscuro. Hay que indicar claramente y recalcar que estos casos son auténticos casos de ‘posesión’ y que por tanto, para resolverlos hace falta y es necesario un completo exorcismo, en una de las modalidades que existen de dicho ritual. Hay distintos tipos de “obsesiones”, pero para todos ellos existen soluciones, y la persona, una vez exorcizada y liberada, recupera rápidamente su estabilidad emocional y física. Es muy importante solucionar estos casos lo antes posible, pues de lo contrario, cuando se pasan los límites tolerables, el individuo o persona afectada puede llegar rápidamente a padecer esquizofrenia.
Por otra parte, las impregnaciones espirituales se producen cuando alguna frecuencia energética negativa, o también un ‘ente negro’ o ‘bajo astral’, se incorpora o penetra en algún tipo de material, ya sea pared, techo, piso, muebles, etcétera, de una casa o negocio; y asimismo pueden también tener lugar por presencias espirituales de baja vibración energética.
Si el material impregnado es poroso, es factible detectarlas visualmente, ya que pueden llegar a adoptar formas definidas (rostros, figuras de animales, o ser simplemente manchas informes). Puede ocurrir también que cuando en algún lugar hay impregnaciones negativas, aparezcan desagradables manchas de humedad sin ningún motivo “material” que las provoque. Como este tipo de impregnaciones emiten una energía muy negativa, es muy posible que cuando nos encontramos en lugares donde la impregnación se halla presente, comencemos a sentir angustias, tristezas, temores o depresiones, sin conocer realmente el motivo que nos provoca estos sentimientos negativos. Este fenómeno ocurría también en las fotografías (ahora ya cada vez menos, con el auge de las cámaras digitales): no sólo se impresionaba la película con la imagen a fotografiar, sino que podía también impregnarla algo o alguien que no se veía a simple vista en el lugar donde tomábamos la fotografía; en no pocas ocasiones y para nuestra sorpresa, cuando la película era revelada, aparecían distintas entidades espirituales o manifestaciones energéticas de distinta índole.
Existen también las impregnaciones “positivas” y por supuesto, en el lugar donde se encuentran éstas, la emisión de energías es altamente beneficiosa, y ello nos lleva a sentir y experimentar un estado de paz, tranquilidad y serenidad muy satisfactorio.
Debemos estar siempre atentos a la aparición de estas impregnaciones para que, si al producirse detectamos o notamos que emiten negatividad, podamos revertir esta circunstancia.

El poder de la sal

Desde la más remota antigüedad, la sal ha sido tan valiosa que se utilizaba incluso como pago en el comercio. En pueblos europeos y en el mismísimo Imperio Romano, se pagaba con sal el trabajo diario (salario), ya que la misma se consideraba un elemento difícil de extraer. Los pueblos nacían cerca de donde se extraía. Roma tiene origen en una ruta destinada al transporte de sal.
Desde la Grecia antigua, la sal ha tenido un gran poder simbólico: procede de la Madre Tierra, del mar; las lágrimas y la saliva son saladas, y conserva, condimenta y enriquece los alimentos. La palabra latina «sal» significa también ingenio, “salsus” (salado) irónicamente. Homero llama “divina” a la sal, la cual se utilizaba también en sacrificios expiatorios y misterios para purificación simbólica. Los antiguos romanos ponían sal en los labios de los lactantes para protegerles de peligros.
Ciertos mitos sirios refieren que los hombres aprendieron de los dioses el uso de la sal; Gabija, una antigua diosa lituana, era señora del fuego sagrado y en su honor se esparcía sal en las llamas. Decíase que los demonios abominaban de la sal y todavía en leyendas relativamente recientes acerca del “sabbat de las brujas” se dice que, en el banquete que se ofrecía, todos los manjares eran sin sal. En la Biblia la sal es un medio simbólico de unión entre Dios y su pueblo (ya hemos incluido al inicio de este artículo una conocida cita del Levítico); Eliseo purifica una fuente echando sal en ella (II Libro de los Reyes 2, 19 y s.). En el Sermón de la Montaña, Jesús llama a sus discípulos la «sal de la tierra» y el padre de la iglesia Jerónimo (348-420) llama al mismo Jesucristo la sal redentora que penetra el cielo y la tierra. También es conocida una acción destructiva de la sal: los romanos, después de la destrucción de Cartago, esparcieron sal en los campos que rodeaban la ciudad, para volverlos estériles para siempre; según leemos, esto mismo hizo Abimelech en la Biblia con la conquistada ciudad de Sichem (Jueces 9, 45).
En la India, el consumo de sal se consideraba afrodisíaco, y estaba prohibido a los ascetas y matrimonios jóvenes, así como a los brahmanes en determinados actos sacrificiales. En el lenguaje de la alquimia, al hablar de sal no se refiere al cloruro sódico, sino al tercer principio primario junto ni azufre y mercurio, que probablemente (quizá por vez primera en Paracelso) representa la cualidad de la «palpabilidad». Sin embargo, también allí se relaciona la «sal» en otros conceptos simbólicos, por ejemplo, “sal sapientiae“, sal de la sabiduría. La locución “con un granito de sal” (cum grano salis) significa que hay que consumir algo sólo con prudencia. Esto se remonta a una prescripción, mencionada en Plinio, para antídotos que sólo debían consumirse con un granito de sal. “Convertirse en estatua de sal” hace referencia a la mujer de Lot en la destrucción de Sodoma y Gomorra.
En algunas culturas, como la rusa, la sal se ofrecía junto al pan como un gesto de hospitalidad ante los huéspedes. En Arabia y otros países el acto de comer sal en compañía es altamente sagrado, llegando a merecer el nombre de ‘comunión de la sal’. Los árabes de Marruecos esconden la sal en la oscuridad, para ahuyentar a los malos espíritus, y en los países nórdicos se pone sal cerca de la cuna de los niños para protegerlos de toda mala influencia. En las costumbres medievales, la sal separaba a los miembros de la familia de los de la servidumbre.
La sal además se utilizaba como material en los sacrificios; tanto los latinos como los griegos espolvoreaban con sal la cabeza del animal en el sacrificio que ofrecían a los dioses.
La sal tiene un uso muy frecuente para la magia protectora y la curativa. Entre los naturales de Laos y de Siam, las mujeres recién paridas se lavan diariamente con sal y agua, en la creencia de que es una protección contra los hechizos. Hoy en día, varios grupos indígenas del Amazonas colombiano elaboran sales vegetales para uso ritual, medicinal y culinario. La sal vegetal tiene propiedades medicinales conocidas por los indígenas, pero muy poco divulgadas. La sal de monte, en el pensamiento religioso y filosófico de los indígenas amazónicos, tiene una importancia central en la cosmogonía, en los rituales y en la curación. También se utilizaba la sal para dar solemnidad a los juramentos; así entre algunos pueblos primitivos, el que juraba sumergía el dedo en la sal y luego pronunciaba el juramento.
En el terreno de la superstición es muy curioso que en pueblos del África Central, la mujer, al llegar a la pubertad, es recluida y se le prohíbe el uso de la sal; cuando llega el momento del matrimonio, el día siguiente de la noche de la boda, la recién casada echa sal en el plato que guisa y luego lo da a los parientes para que se froten con él; de no dárselo, es señal de que su marido es impotente.
Desde la antiguedad se ha utilizado sal en rituales mágicos y esotéricos, empleando dicho elemento como agente purificador y disipador de energías negativas. La costumbre de arrojar un puñado de sal sobre el hombro izquierdo para prevenir la mala suerte se conoce desde tiempos antiguos y se basa en la creencia de que si algún ente maligno se encuentra cerca de nosotros, se posa detrás de nuestro lado izquierdo, por lo que al arrojar sal sobre nuestro hombro, se ahuyentaría a estos malos espíritus que estarían acechando para cometer alguna maldad. También es ampliamente conocida la costumbre de purificar ambientes dispersando sal por sus esquinas, repeliendo así a las energías negativas.
En todos los rituales en los que se invocan espíritus, se traza un círculo mágico con sal, en el que la persona permanece protegida, dado que se sabe que las entidades negativas no pueden atravesar un círculo trazado con sal, y, para ahuyentar a un espíritu, basta arrojarle un puñado de sal para que éste desaparezca.
Se echaba sal en los rincones de las cuadras el día primero de abril. Así evitaban las enfermedades del ganado. Para contrarrestar el mal de ojo se bañaban en agua con sal las plantas de los pies y las palmas de la mano tres veces, se bebían tres sorbos del agua salada y después se echaba al fuego lo que quedaba de dicha agua. Era costumbre echar sal al fuego cuando entraba en casa una persona sospechosa de dedicarse a la hechicería. También se evitaban las visitas de alguien indeseable echando sal donde había estado, recogiéndola y quemándola después. Otro remedio utilizado era echar sal en el umbral después de su partida.
Se creía que poniendo un plato con sal debajo de la cama de un enfermo ésta absorbía el mal y protegía contra la enfermedad. Para evitar que un niño sin bautizar fuera objeto de hechicerías se ataba a sus ropas un saquito con un poco de sal cuando se le ponía a dormir en su cuna. Y se dice que una mujer no debe permitir que se acabe la sal en su casa; nunca se debe estar sin sal en casa porque eso trae mala suerte.
Tanto para las culturas indígenas como en tradiciones esotéricas, se utiliza la sal como ritual de limpieza y en baños de descarga y relajación. Los magos utilizan sal para proteger sus herramientas, para deshacer maldiciones, para realizar una efectiva limpieza del espacio.
La sal nunca se pasa de mano en mano, sino que se apoya en la mesa antes de que otro la tome, ya que si se derrama se pierde algo de mucho valor.

sábado, 6 de septiembre de 2008

POSESIÓN

Hablemos de la POSESIÓN

En las antiguas culturas egipcia, babilónica, asiria y judaica, se atribuían ciertas dolencias y calamidades naturales a la acción de los demonios. Para alejarlos, se recurría a algún conjuro o exorcismo. La cultura occidental recibió estas ideas a través de la Biblia y del cristianismo primitivo. En el cristianismo, se denomina exorcismo (del griego ‘exorkismós’, “acto de hacer jurar”, en latín ‘exorcismus’) a la ceremonia que tiene por objeto conjurar a los malos espíritus, obligándoles a dejar los cuerpos poseídos o a renunciar a su influencia sobre personas, objetos, situaciones o lugares. Cuando el objetivo es la expulsión de demonios, se le llama Exorcismo Solemne, y debe hacerse de acuerdo con fórmulas consagradas, que incluyen aspersión de agua bendita, imposición de manos, conjuraciones, señales de la cruz, recitación de oraciones, salmos, cánticos, etcétera. El ritual católico del exorcismo puede ser también ejecutado por sacerdotes, pero únicamente cuando éstos son expresamente autorizados por obispos.
La posesión es un estado o condición en el que el cuerpo y/o la mente de un individuo están supuestamente poseídos o dominados por una entidad (ya sea un ser, una fuerza o una divinidad) que le es externa, o que no se manifiesta habitualmente en las actividades de la vida diaria. La posesión, considerada como una experiencia de naturaleza psicológica y social, puede ser verificada individual o colectivamente y tener carácter inesperado, o estar sometida a algún tipo de control ritual. En diversas sociedades y culturas, figura como episodio o experiencia central de la vida religiosa de la comunidad o grupo.
Genéricamente, las formas de posesión se dividen, para su estudio y mejor conocimiento, en cuatro clases o categorías, siempre dependiendo del tipo de espíritu que las provoca:
Contagio.- El espíritu contagioso se ‘instala’ cercano a la persona, aunque su influencia es pequeña. En estos casos, baños de agua y sal u oraciones suelen alejar y apartar a este tipo de espíritus inferiores. Generalmente, estos espíritus son de personas que desencarnaron y que pertenecen a la familia del poseído.
Opresión.- El espíritu opresivo tiene la capacidad de ‘vampirizar’ y absorber la energía del individuo. Los efectos son sentidos y percibidos como un cansancio o agotamiento continuos, deseos de llorar, tristeza… y así como pueden comenzar en cualquier momento, también pueden cesar repentinamente. En estos casos lo indicado suele ser utilizar un saquito de color rojo con algún amuleto o medalla dentro, y siempre junto al cuerpo, para neutralizar la presencia de este espíritu. También los baños de agua con sal son benéficos en estas situaciones. La lectura del Salmo 23 es la más indicada de las oraciones contra los espíritus opresivos.
Obsesión.- Los espíritus obsesivos consiguen introducirse de una manera tan dominante en el cuerpo astral del individuo, que pueden asimismo cambiar y alterar la manera o modo de hablar del mismo y obligarle a hacer cosas que normalmente, en el día a día cotidiano, esa persona no haría. La influencia de estos espíritus obsesivos puede ser tan fuerte que las personas poseídas llegan a no reconocer a sus familiares, parientes o personas próximas de su entorno. Cabe señalar que en Brasil, por ejemplo, y de acuerdo con el espiritismo o las religiones afro-brasileñas como la umbanda o el candomblé, existen los fenómenos de posesión de espíritus considerados ‘adoctrinadores’ y/o iluminados.
Posesión demoníaca.- En estos casos, afortunadamente muy poco frecuentes, el espíritu se apodera del cuerpo de la persona, haciendo que se produzcan también, en el exterior, fenómenos de ‘poltergeist’ (conjunto de fenómenos producidos espontáneamente, y que consisten en ruidos y descolocamiento de objetos, pudiendo tener una duración indeterminada). El padre Gabrielle Amorth, exorcista oficial del Vaticano, dice haber realizado aproximadamente 50.000 exorcismos, pero considera que de todos ellos, solamente 84 fueron posesiones demoníacas auténticas. Afirma este experimentado exorcista que los síntomas de la posesión demoníaca incluyen una fuerza física sobrehumana, la xenoglosia (facultad de hablar espontáneamente una lengua que no ha sido previamente aprendida) y revelaciones de secretos sobre las personas.
Al margen de estas cuatro citadas categorías o clases de posesión por parte de espíritus, se producen y son mucho más frecuentes en nuestros días otros casos de ‘posesión’ o de influencia espiritual, que también afectan de forma notoria a muchas personas; pero éstos son causados y provocados por entidades desencarnadas, bajos astrales o parásitos espirituales. Son casos en los que se unen el contagio, la opresión y la obsesión, y son por consiguiente mucho más negativos y preocupantes que los aquí citados. Son causados por entidades y espíritus dañinos y negativos, y de ellos y de cómo combatirlos nos ocuparemos de manera más extensa en próximos artículos.

El Reiki y los chakras

El Reiki y los chakras

Durante un tratamiento de Reiki, los practicantes/terapeutas empleamos posiciones que corresponden al cuerpo, a los órganos y a los 7 chakras. Según el hinduismo y algunas culturas asiáticas, los chakras (palabra procedente del sánscrito y que significa ‘rueda’ o ‘círculo’) son vórtices energéticos situados en los cuerpos sutiles del ser humano. Su tarea es la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía llamada prana.
Cada uno de estos centros energéticos se asemeja a una flor abierta y posee ciertos colores que son más o menos brillantes, según el estado evolutivo de la persona. Se describen alineados en una columna ascendente desde la base de la columna vertebral hacia la parte superior de la cabeza. A cada uno de ellos se le asigna un color y son visualizados como flores de loto con distinta cantidad de pétalos en cada chakra.
Los chakras, puntos de concentración de energía que vibra sobre determinadas zonas del cuerpo, vitalizan a éste. Su función es mantener equilibradas la salud espiritual, física, emocional y mental.
Cada chakra se conecta a glándulas concretas y a ciertas partes del cuerpo, así como a ciertos aspectos de la energía emocional y espiritual, del instinto básico de supervivencia y de la búsqueda de conocimiento.
Los siete chakras principales son:
1. Chakra Raíz (Muladhara). Está en la base de la columna vertical e influye en los riñones, la vesícula, los genitales, la columna vertebral y la fuerza vital.
2. Chakra Sacro (Svadhishthana). Influye en las gónadas, los órganos reproductores, las piernas y la vitalidad.
3. Chakra Plexo Solar (Manipura). Influye en órganos tales como el páncreas, el hígado y el estómago, sobre las actitudes del poder, la emoción del miedo y la actitud del control.
4. Chakra Corazón (Anahata). Influye en el timo, el corazón, los pulmones y el amor.
5. Chakra Garganta (Vishudda). Influye en la tiroides (crecimiento), las cuerdas vocales, los brazos, las manos, la comunicación y la expresión.
6. Chakra Tercer Ojo (Ajna). Influye en la glándula pituitaria, en el intelecto y en la vista, a través del “tercer ojo”. Es el chakra del tiempo, la percepción y la luz.
7. Chakra Corona (Sahasrara). Es el chakra del sentido, el chakra maestro que controla a los demás. Su rol sería parecido al de la glándula pituitaria, que segrega hormonas para controlar el resto del sistema endocrinológico, y que también se conecta con el sistema nervioso central a través del hipotálamo. Simbolizado por un loto con mil pétalos, de color blanco o violeta, se localiza en la cabeza, fuera del cuerpo.influye en la glándula pineal, el cráneo y afecta a la consciencia espiritual.
El equilibrado de chakras es fundamental en toda terapia de Reiki. Cuando nuestra energía circula de forma positiva, nos sentimos felices y sanos; pero cuando nuestra energía circula desequilibrada por esos centros energéticos, entonces es cuando surgen las enfermedades, el malestar emocional y la infelicidad. Generalmente las enfermedades están asociadas a los chakras que las rigen.
Como los chakras son energía y el Reiki es una terapia energética, resulta una técnica muy útil para mantener nuestros centros energéticos en buen estado, y que la energía de nuestro cuerpo circule de forma positiva. Aunque hay tratamientos específicos para cada chakra y zona del cuerpo asociada a ellos, el equilibrado nos permite solucionar ciertos problemas o desequilibrios en todos los chakras a la vez. Con ello podremos ayudarnos a prevenir enfermedades, a recuperar el tono vital y eliminar el malestar emocional.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Aura

¿Qué es el Aura? Historia del descibrimientos del Aura, la maquinaria y el significado de los colores

Desde siempre han existido vestigios de la existencia de emanaciones luminosas alrededor de seres a los que se ha considerado dioses o iluminados. Tenemos ejemplos en el antiguo Egipto, donde en gran parte de las tumbas de los faraones encontramos representaciones de emanaciones luminosas alrededor del cuerpo de los dioses Isis y Osiris. En China y Japón, alrededor del cuerpo del Buda siempre se representa un aura dorada que rodea el cuerpo físico. Y en el Cristianismo, por citar sólo otro ejemplo, también aparecen, tanto en pinturas como en grabados e imágenes, unas aureolas alrededor de la cabeza de los santos, del propio Jesús o de la Virgen María. Esta emanación se conoce con el nombre de aura humana.
Antecedentes más recientes de la existencia de emanaciones energéticas del ser humano los encontramos en el siglo XVI con el médico y alquimista conocido como Paracelso, quien realizó investigaciones muy importantes al respecto. Descubrió que existía una emanación que provenía del interior del ser humano, a la cual llamó “globo ígneo” o “munia”, explicando que era una luminosidad visible en la medida que el avance espiritual de la propia persona lo permitía.
El aura existe en todo ser viviente, aunque normalmente no es visible en el espectro normal de los seres humanos. Sin embargo, a través de la experimentación y la práctica, una persona puede llegar a ver emanaciones áuricas alrededor de otras, sin que se trate necesariamente de iluminados o seres superiores.
En el año 1920, los esposos Kirlian descubrieron por accidente o casualidad una cámara (que se ha bautizado con su nombre) que tiene la facultad de fotografiar el aura de los seres vivos. Esta cámara se ha ido perfeccionando a medida que la Ciencia ha ido avanzando, no sólo para demostrar que las emanaciones luminosas provenientes del ser humano existen realmente, sino también para lograr avances más profundos en otros campos de la ciencia y de la Metafísica.
Con la cámara Kirlian se han obtenido logros extraordinarios a través de la coloración del aura. Se ha descubierto que se pueden diagnosticar padecimientos con mucha exactitud, incluso mucho antes que éstos se presenten en síntomas físicos de dolor o molestias en el cuerpo físico. Está ya probado que cualquier enfermedad que se geste en el ser humano aparece primero en la energía y en el flujo energético del individuo y posteriormente en la materia. Estos desequilibrios de la energía se manifiestan en coloraciones predominantes cerca de los órganos afectados y con colores también que identifican el tipo de padecimiento.
La coloración del aura no es permanente. Existen cambios constantes de acuerdo a los estados de ánimo del individuo; esto es, hay estímulos específicos de coloraciones bien diferentes. Las coloraciones del aura tienen influencias relevantes en los pensamientos y emociones del individuo.

Los colores del aura

Blanco.- Este es el color de la pureza y de la virtud. Cuando a alguien se le puede ver una coloración blanca y luminosa alrededor, podemos decir que es una persona muy inocente, virtuosa y pura.

Rojo.- Este color se identifica con las altas pasiones, el coraje, la violencia, el enojo, y muchas veces también con la alta sexualidad pasional.
Rosa.- Este color es el verdadero amor, el sentimiento más profundo en donde uno se entrega sin reservas.
Amarillo.- Se identifica mucho con el intelectual, con el maestro, con el que da mensajes a través del estudio, en armonía y equilibrio.
Naranja.- Este color identifica al ser humano en quien se puede confiar, aquel que siempre dice la verdad, que puede ser catalogado como un buen juez o que siempre va a actuar por un camino de rectitud.
Verde esmeralda.- Identifica a las personas que se entregan a otras durante su vida, como es el caso de médicos, enfermeras y todos aquellos que dedican su vida a la atención de otros seres.
Azul.- Este color identifica a seres creativos como el artista, el arquitecto…
Verde oscuro.- Identifica a aquellas personas que vibran en baja frecuencia con odios, envidias, angustias y temores importantes.
Azul oscuro.- Identifica a las personas que tienen padecimientos o enfermedades crónicas; también a quienes son fanáticos religiosos y desequilibrados.
Violeta.- Es el color que se identifica con las personas de alto desarrollo espiritual, como por ejemplo los maestros y guías espirituales.
Dorado.- Es el color del aura del maestro, del iniciado, del mago, y denota sabiduría e iluminación.

Este es mi blog personal dedicado al mundo del esoterismo y ocultismo. Empezaremos con los significados de estas palabras, las personas que poseen el don de manifestar el esoterismo y la magia y la diferencia entre la magia del bien y el mal.


Esoterismo es una palabra procedente del griego “oculto”, secreto, interno, se designa a la enseñanza reservada a los adeptos de dogmas o doctrinas superiores. Se refiere a prácticas del ocultismo.

Ocultismo: Ciencia, o doctrina filosófica, desde la edad media, que estudia los misterios de la naturaleza que no se pueden explicar mediante las leyes universalmente conocidas, y simultáneamente, los poderes psíquicos latentes en el ser humano. En el lenguaje popular común, Ocultismo significa Esoterismo y Magia.

Todas las personas que tienes este “DON” nacen con el y a medida de los años, si el cuerpo y la mente estan preparados podran ir desarroyandolo.
Existen varios tipos de poder canalizados por la energía que uno tiene, devido a la alineacion y a el equilibrio de sus chackas la persona tendra más o menos energía.


La diferencia de utilizar la magia para el bien o el mal


Esta energía es utilizada por las personas con fines diferentes.
Magia del bien: Personas que la utilizan para ayudar a otras personas que lo necesitan de una manera especial. Suelen ser personas con una capacidad superior a otras, pacificas, con energías positivas, lucidas, sociables y con una percepción lógica.


Magia del mal: Personas que la utilizan para su propia voluntad. Estas personas no ayudan sino que hacen daño de una manera o de otra. Suelen ser personas envidiosas, con poca capacidad de aceptación, celosas de su entorno y con poca personalidad. Hay muchas personas que no entienden estos simples significados y se van por el camino equivocado.